
El 20% de la población española padece algún tipo de dolor crónico,
siendo las personas mayores de 60 años las que más lo padecen,
principalmente mujeres aquejadas por dolores osteomusculares. Además, en
los últimos años ha ascendido de manera notable el número de pacientes
con esta enfermedad, pasando del 13% en 2004 al 18% en 2013.
En este sentido, y con motivo de la celebración del Año Mundial del
Dolor Visceral, puesto en marcha por la Asociación Internacional para el
Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), el secretario de la
SED, Víctor Mayoral, ha informado de que el 25% de la sociedad va a
sufrir o ha sufrido este dolor, siendo las mujeres las que más lo van a
sufrir.
En concreto, el dolor visceral se concentra principalmente en dolor
de tipo digestivo, ginecológico, torácico y urológico. Unas
complicaciones que, según la SED se han "infravalorado mucho" a pesar de
que existen tratamientos "muy eficaces" para luchar contra él.
De hecho, según ha explicado Mayoral, una encuesta realizada por la
organización ha desvelado que los pacientes que acuden a las Unidades de
Dolor el 36% vienen catalogados con dolor visceral, y de ellos, el 33%
padecen problemas gastrointestinales.
Respecto a los tratamientos que reciben, el estudio ha desvelado que
el 97% de los profesionales médicos que trabajan en dichas unidades
prescriben combinaciones de fármacos y que, no obstante, sólo el
tratamiento psicológico se ofrece al 39% de los pacientes a pesar de que
son terapias que les ayudan a mitigar sus dolencias.
Tras someterse a estos tratamientos, según la encuesta, el 25% de los
pacientes son dados de alta y sólo el 11% tiene el pronóstico de la
enfermedad catalogado como "malo o muy malo". Por tanto, estas unidades
son "muy efectivas" para los pacientes ya que son las únicas que
consiguen disminuir sus dolores.
Ahora bien, a pesar de ello, los responsables de la SED han alertado
de que a pesar de que son "tan efectivas" no todos los hospitales
españoles disponen de ellas, aunque sí hay una en cada área de
referencia. Por ello, han destacado la importancia de que los
profesionales sanitarios deriven a los enfermos a estas Unidades y de
que, además, sean los propios pacientes los que las conozcan para que,
así, puedan también pedir que se les derive.
En este sentido, Susana Díaz, paciente con gastroparesia idiopática,
ha alertado de que ha tardado más de 8 años en ser derivada a una Unidad
del Dolor. "El tratamiento del dolor debe ser un derecho humano.
Durante los años en los que no he estado tratada no podía comer, andar
ni, incluso, hablar. Fue una tortura y llegó un momento en el que me
quise morir. Por eso, son muy importantes estas unidades porque, además,
la asistencia es multidisciplinar", ha comentado Díaz, para lamentar de
que, actualmente, "muchos profesionales sanitarios desconocen su
existencia".
Finalmente, los responsables de la SED han recordado la importancia
que tiene que el dolor sea estudiado exhaustivamente en las
universidades y de que, además, se creen másters para estudiarlo ya que
sólo así se podrá concienciar a los médicos y, por ende, a la sociedad
de que el dolor crónico es una enfermedad.

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