A las bacterias que viven en tu boca, ¡dales fecha de desalojo!


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Si supieras que una boca normal y corriente puede alojar a un número de bacterias igual al de la población de toda la Tierra, seguro que te sorprenderías. Esos minúsculos organismos unicelulares  conforman lo que se conoce como la flora bucal, que por lo general, no es dañina.  Pero cuando la higiene de la boca es deficiente, empiezan a alojarse entre los dientes y a formar la placa dental. Así comienzan a afectar el esmalte y las encías y a provocar otros trastornos de salud.  
Tu boca, húmeda, oscura y caliente, es un ambiente ideal para las bacterias, algo así como la casa de sus sueños. De hecho, en un diente cualquiera podrías encontrar millones de ellas si pudieras verlas a través de un microscopio.  Una buena higiene dental, que incluya frecuentes cepillados a fondo, pasar el hilo dental y el uso de enjuagues mantendrá tu flora bucal a raya. Pero si te descuidas, comienzan los problemas.
Las bacterias se multiplican rápidamente y comienzan a alojarse y a acumularse en los rincones más imperceptibles: en las rugosidades de la superficie de los dientes, entre un diente y otro, y así, junto con los restos de los alimentos que también quedan atrapados en la dentadura, comienza a formarse la placa dental. Esta, recuerda, produce ácidos que van destruyendo el esmalte que cubre y protege los dientes, dando lugar a las caries. Si se alojan en el cuello de los dientes, formando sarro, también se van enfermando las encías.
Cuando las encías se enferman, entonces los problemas de la boca comienzan a reflejarse en otras partes del cuerpo. Estas son algunas de las consecuencias negativas provocadas por las infecciones bacterianas que comienzan en las encías:
  • Endocarditis: se trata de una infección del endocardio, la membrana interna de las cavidades del corazón, provocada por los gérmenes y las bacterias provenientes de otras partes del cuerpo, incluyendo la boca.  Estos viajan por el torrente sanguíneo y se alojan en distintas áreas del corazón.  Una de las bacterias que puede provocar endocarditis es el Streptococcus gordonii (se encuentra en la placa dental bacteriana).  La infección puede causar tal inflamación de las válvulas cardíacas que podría poner en peligro incluso la vida.  Hay que combatirla con cirugía o antibióticos potentes, pero lo mejor es la prevención.
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