Una deliciosa Tabla de queso

Una reunión, fiesta o compartir no es lo mismo sin  comida. A la hora de elegir qué picar hay que considerar el gusto, pero también la presentación visual de los alimentos. El queso, que suele ser una opción común, luce mejor si se presenta sobre una tabla.
 El concepto de tabla de quesos está bien definido en la literatura gastronómica. Se trata de la presentación conjunta de un determinado número de quesos que debe resultar atractiva y sugerente. Es buena idea incluir quesos de distintas variedades y tamaños.
La idea de la tabla de quesos no es sólo presentarlos en forma estética sino colocar utensilios para que los invitados puedan servirse, el principal será el cuchillo quesero, con su forma tradicional de dos picos que apuntan hacia arriba. En el libro “Operaciones básicas y servicios en restauración y eventos especiales”, de los autores Francisco García Ortíz, Pedro Pablo García Ortíz y  Mario Gil Muela (Ediciones Paraninfo 2011) se detalla que hay normas para diseñar la tabla de quesos.
Algunas normas a seguir
Una tabla de quesos debe contener entre cuatro y ocho variedades del producto. De preferencia debe haber una representación de cada familia (pasta blanda, dura, azules, lácticos, pasta cocida y otros); de cada tipo de leche (vaca, oveja, cabra) y de cada maduración (frescos, semicurados, curados).
Los autores indican: “Los quesos se colocarán en la bandeja o tabla en semicírculo de izquierda a derecha, empezando por los más suaves y terminando por los más fuertes y sabrosos. Los quesos azules y ahumados se servirán siempre en último lugar”.
Según explica Jesús Camarero Tabera en el tomo II de su libro Manual Didáctico de Cocina, la amplia variedad de quesos disponible hace que sea una aventura crear la tabla y decidir las múltiples composiciones y sabores.
En Francia no hay mejor manera de terminar una comida que servir una tabla de quesos junto a los postres y algún vino dulce. El experto sugiere acogerse a un criterio a la hora de planificar este plato, comenta que es buena idea ponerle algún nombre o título, resaltando por ejemplo la procedencia de los quesos o su nivel de maduración.
La tabla
Aunque la palabra tabla hace una evidente referencia a la madera (que debe haber sido el material usado de forma primaria para estos fines), el soporte para colocar los quesos puede ser de los más disímiles materiales.
Camarero Tabera informa en la publicación que el mejor material es el vidrio o la cerámica. “La madera no es recomendable pues absorbe olores y se limpia mal”, se lee en el material consultado. Añade que un trozo de pizarra fina también puede ser una buena opción. Lo más importante es que este soporte tenga las dimensiones adecuadas para que los quesos y otros acompañamientos quepan con soltura sin que se mezclen demasiado sus aromas y sabores.
Los acompañamientos
La tabla de quesos, según su composición, se puede acompañar de frutos secos (nueces, almendras); de frutas secas o deshidratadas (ciruelas, pasas, dátiles, higos, melocotones...); frutas frescas (siendo las más populares las uvas y manzanas en distintas variedades) e incluso se pueden incluir vegetales frescos (endivias, tallos de apio, rabanitos). “Todos ellos serán ingredientes que realcen y potencien el sabor del queso y hagan más agradable su degustación”, señala en el texto Camarero Tabera.
Al preparar una tabla de quesos no olvide sacarlos con tiempo de la nevera con la finalidad de que su temperatura resulte agradable al paladar, pero también que su textura sea la adecuada y no se encuentren endurecidos por el frío.
3 Datos clave
Para servir una tabla de quesos hay que tomar en cuenta también los panes y galletas que se servirán. No hay que olvidar el toque dulce de alguna jalea o mermelada y por supuesto hay que tomar en cuenta el vino, porque es un compañero obligado de cualquier tipo de quesos. Todos estos acompañamientos dependen, obviamente, de la variedad de quesos que usted ponga en la tabla. 

LOS PANES Y LAS GALLETAS
Si es pan, puede elegir el de centeno, de nueces, integral o el blanco tostado. Las galletas, bien crujientes, dulces y saladas.

UN AGRADABLE TOQUE DULCE
Una terrina de miel, una confitura gourmet o una buena mermelada puede ser un toque distintivo entre los quesos. 

Y FINALMENTE, EL VINO...
El mejor sería un buen tinto, aunque se sabe que no conbina tan bien con quesos suaves y frescos. Para esos casos, algún rosé puede ser la respuesta.

ETIQUETA PARA COMER EL QUESO
Si va a servir una tabla de quesos no está de más conocer ciertas normas. Carmen Soto Díez, en su libro “Las buenas maneras: Usos y costumbres sociales”, explica que los quesos pueden servirse picados o si es en tabla, enteros. Si es el caso, cada persona debe cortar su porción (pequeña) con un cuchillo para quesos y colocarla sobre un platito. Los quesos frescos, por ser los más blandos, podrán ameritar que se emplee un tenedor pequeño.
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