
Pese a la prevalencia del problema (aún mayor entre las más jóvenes),
todavía existen ciertos mitos sobre su tratamiento y muchos remedios
clásicos aún no han confirmado su eficacia. Conozca algo más sobre el
tema:
¿A qué se debe el dolor?
Por lo general, el dolor no está relacionado con ningún problema
ginecológico. Las molestias se deben a que durante el periodo aumenta la
producción de prostaglandinas. Estas sustancias hacen que se contraiga el útero para expulsar el contenido menstrual -la capa del útero (endometrio) que se prepababa para 'alojar' al óvulo en caso de que fuese fecundado- hacia el exterior.
Cuando las molestias surgen con la menarquia (primera regla) o en los
años siguientes a su aparición, suele deberse a este motivo
(dismenorrea primaria).
Sin embargo, en ciertos casos (dismenorrea secundaria) el dolor está ocasionado por alguna enfermedad o anomalía dentro o fuera de la matriz, como por ejemplo miomas uterinos (tumores benignos) o endometriosis (el tejido endometrial 'crece' fuera del útero).
Estas molestias suelen aparecer a una edad más tardía y es
recomendable acudir al médico para que realice un examen pélvico u otras
pruebas diagnósticas. Es preciso tratar la causa subyacente para
aliviar el dolor.
FÁRMACOS
¿Antiinflamatorios o paracetamol?
Las mujeres con dismenorrea suelen automedicarse con fármacos sin
receta y son pocas las que consultan a un médico acerca de la
dismenorrea, según han desvelado varios estudios realizados entre
adolescentes (las principales afectadas por el trastorno).
Javier Haya, ginecólogo del Hospital Santa Cristina (Madrid), lo
confirma: aunque la dismenorrea es una de las causas comunes de consulta
ginecológica, las mujeres suelen acudir al especialista cuando han
fracasado sus propios remedios. La mayoría ha probado con paracetamol (Saldeva, Gelocatil...) o, a lo sumo, con ibuprofeno (Espidifen, Algiasdin...).
Paradójicamente, son los fármacos de la familia de este último, los antiinflamatorios no esteroideos o AINE (ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco, aspirina...), los que han demostrado una mayor eficacia con el problema. "Son la terapia inicial mejor establecida para la dismenorrea.
Tienen un efecto analgésico directo a través de la inhibición de la
síntesis de prostaglandinas", resume una revisión sobre el tema
publicada en la revista 'American Family Physician'.
"El paracetamol es un analgésico de acción central (inhibe el dolor a
nivel cerebral), mientras que con los AINE se actúa de una manera mucho
más directa sobre la causa", matiza Haya. Sin embargo, "no se prueban
porque existe el mito de que aumentan el sangrado menstrual. Lo que pueden hacer es facilitar la salida del flujo, pero no aumentar el sangrado", apostilla.
Cuando el caso no ha respondido a estos tratamientos, el especialista puede prescribir anticonceptivos orales.
"Es la [estrategia] más eficaz, porque si no hay ovulación no se
producen prostaglandinas. Es una alternativa terapéutica pero la usamos cuando el cuadro es tan severo que no responde a las medidas habituales", comenta Haya.
En ese caso, la afectada tendrá que tomar la píldora de modo indefinido hasta que desee quedarse embarazada, porque "el cuadro está controlado, pero no curado", matiza.
OTRAS ALTERNATIVAS
Remedios naturales y estilo de vida
Los estimulantes (ya sea un estado de estrés
o el consumo de sustancias como la cafeína) son negativos para el dolor
menstrual porque las hormonas del estrés (las catecolaminas) "aumentan
la rigidez del músculo, con lo que contribuyen a acentuar los cólicos
uterinos", matiza Haya.
También se han barajado medidas como dejar de fumar, el ejercicio o una dieta vegetariana y baja en grasas,
aunque "pocos estudios han examinado los efectos de las intervenciones
en el estilo de vida para el tratamiento de la dismenorrea", reconoce la
mencionada revisión.
Lo mismo sucede con muchos remedios naturales o alternativos, como los suplementos de vitamina B1 (tiamina), vitamina E u omega-3; la acupuntura
o acupresión (estimulación digital en los puntos de acupuntura)... Se
trata de tratamientros sobre los que, por el momento, no existen
suficientes evidencias y tan sólo parecen "posiblemente eficaces",
aunque los autores las consideran "estrategias relativamente simples y
baratas que pueden usarse solas o combinadas".
Otros remedios 'tradicionales' -como la manzanilla,
la valeriana, aplicar calor o, incluso, el alcohol- parecen tener
cierta base teórica (son relajantes musculares, con lo que se aliviaría
la contracción uterina), pero, aunque "ayudan, no son lo más adecuado.
Con un cuadro real de dismenorrea eso poco va a aliviar", advierte Haya,
que es también presidente de la Sociedad Española de Ginecología
Fitoterápica.
Este especialista recuerda que "el mejor tratamiento es tener un embarazo y parto vaginal".
En las mujeres nulíparas, el cuello del útero está muy cerrado. Tras un
parto vaginal, "la evacuación del contenido menstrual es más sencilla,
porque no es preciso que haya tantas contracciones", agrega. Muchas
mujeres dejan de padecer dismenorrea tras tener su primer hijo.

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