
La testosterona, conocida como la hormona masculina, tiene funciones
muy importantes en el cuerpo del hombre. La producen los testículos y
de ella dependen las características sexuales típicamente masculinas.
Además, se encarga de mantener la libido (el impulso sexual), la
producción del esperma, la fuerza y masa muscular, así como la densidad
de los huesos. Con la edad, los niveles de la testosterona comienzan a
decaer, pero la reducción de la testosterona puede deberse a otras causas
como a trastornos hormonales, a algunos tratamientos médicos (como la
radiación y la quimioterapia), y al uso de ciertos medicamentos.
Se considera que el hombre tiene la testosterona baja cuando sus
niveles disminuyen por debajo de los 300 nanogramos por decilitro
(ng/dL) – según los parámetros de los Institutos Nacionales de Salud,
NIH. Cuando los niveles de testosterona están bajos,
con el tiempo, puede producir pérdida del vello corporal, disminución
de la masa muscular y de fuerza, la fragilidad ósea o debilidad de los
huesos (osteoporosis), cambios en el estado de ánimo y una pérdida
general de la energía
La deficiencia de testosterona, una condición conocida como
hipogonadismo, puede perjudicar el desempeño sexual masculino y su
fertilidad. Entre sus efectos se encuentran la reducción de la libido,
la disfunción eréctil y disminución en la producción de esperma.
Todos estos efectos secundarios pueden contrarrestarse mediante la
terapia de reemplazo hormonal que se realiza mediante geles, parches,
pastillas e inyecciones cuyo uso y popularidad han ido en aumento:
considera que las recetas de los suplementos de testosterona se han
quintuplicado entre el 2000 al 2011 en los Estados Unidos solamente,
ascendiendo a un total de 5.3 millones.
Pero no todo parece ser color de rosa. En el caso de los pacientes de
más de 60 años, los beneficios de los suplementos de testosterona
podrían pagarse a un alto costo: con ataques cardíacos, accidentes
cerebrovasculares y hasta con la vida.
Una investigación reciente, publicada en la Revista de la Asociación
Médica Americana (JAMA, por sus siglas en inglés), evaluó a 8,709
hombres de edad avanzada con niveles bajos de testosterona, y que además
se hicieron una prueba para determinar el grado de obstrucción de las
arterias coronarias. El resultado de dicha prueba se tomó como base para
determinar el grado de salud cardíaca al comienzo del estudio. Un
tiempo después de la prueba, uno de cada siete hombres comenzó a recibir
testosterona de reemplazo en forma de gel, parche o inyección. A los
tres años de seguimiento, aquellos participantes que recibieron la
testosterona fueron 29 % más propensos a sufrir un accidente
cerebrovascular, un ataque cardíaco o incluso de morir.
“Nuestros resultados plantean cierta incertidumbre en cuanto a la
seguridad potencial del uso de la testosterona en los hombres “,
concluyeron los autores, un grupo de médicos y epidemiólogos en Colorado
y Texas. El grupo de médicos aclaró que, aunque no están recomendando
que los pacientes que toman testosterona dejen de usarla a como dé
lugar, sí consideran importante informEste no es el primer estudio que habla de los riesgos que podrían
tener los suplementos de testosterona. En el 2010, un grupo de
investigadores suspendieron antes de tiempo una prueba clínica de
suplementos de testosterona en hombres de edad avanzada y de salud
frágil, muchos de ellos con enfermedad cardiovascular. Esto sucedió
después de que detectaron una tasa notablemente mayor de ataques
cardíacos y accidentes cerebrovasculares en el grupo que estaba
recibiendo testosterona. Otras investigaciones sugieren que pueden
empeorar los casos de apnea del sueño y el riesgo de cáncer de la
próstata.
Como el estudio publicado en JAMA sólo incluyó a hombres
mayores de 60 años, no es posible determinar los efectos que está
teniendo el uso de suplementos de testosterona en los hombres menores de
60, un grupo que ha ido en aumento gracias a las campañas
publicitarias.
Recientemente el Dr. Steven Woloshin de la Escuela Geisel de Medicina
de Dartmouth en Hanover, New Hampshire, hizo la siguiente observación:
“Hay todo tipo de anuncios promoviendo que los niveles bajos de
testosterona en los hombres pueden ser la causa de casi todos sus
problemas en la vida y del envejecimiento, y que el tratamiento (con
testosterona) puede arreglar eso, aseguró. “Esa promesa va más allá de
lo que sabemos y eso es lo que causa preocupación”.
De hecho, un estudio publicado en Reuters Health en junio de
este año, encontró que la proporción de hombres de mediana edad que
reciben terapia de testosterona se ha más que triplicado en la última
década, y que incluso muchos de esos hombres ni siquiera se habían hecho
las pruebas sanguíneas necesarias para determinar si realmente la
necesitaban.
Por su parte, Anne Cappola, editora asociada de la Revista de la Asociación Médica Americana (JAMA,
por sus siglas en inglés), mostró su preocupación por la forma en que
se están promoviendo los tratamientos de testosterona en los hombres:
“Algunos los están viendo como la fuente de la juventud”, dijo. “Muchos
creen que va a devolverles el rendimiento sexual, la fuerza y la
resistencia. Y el mercadeo directo de la testosterona juega con eso”. La
experta recalcó la importancia de poner en una balanza los riesgos, y
de que los médicos alerten a sus pacientes al respecto.
Si estás experimentando los efectos de un nivel bajo de testosterona y estás considerando la posibilidad de tomar suplementos,
es vital que consultes con tu médico y que evalúen los riesgos y
ventajas según tu edad y estado actual de salud. De igual forma, si ya
los tomas, te conviene una conversación con tu profesional de la salud,
especialmente si has pasado los 60 y quieres proteger tu corazón.arles que los riesgos a largo
plazo se desconocen “y de que hay una posibilidad de que la terapia con
testosterona sea perjudicial.

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