
Si tú eres como la mayoría de las personas, no te debe apetecer mucho
pensar en ir al dentista y especialmente ver el taladro que utiliza
para sanar tu dentadura, por ello, ¿no es mejor prevenir las caries
antes de que aparezcan?
Eliminando la placa dental
Para prevenir las caries, necesitas eliminar la placa dental, la capa
transparente de bacteria que recubre los dientes. La mejor manera de
hacer esto es cepillándote los dientes dos veces al día y utilizando el
hilo dental como mínimo una vez al día. Cepillarse los dientes también
estimula a las encías, lo cual ayuda a mantenerlas saludables
previniendo enfermedades. Cepillarse los dientes y utilizar el hilo
dental son los pasos más importantes que puedes tomar para mantener tus
dientes y tus encías sanos.
Los dentífricos o pasta dental contienen abrasivos, detergentes y
agentes espumantes. El flúor, el ingrediente activo más común en los
dentífricos, es el elemento que previene la caries. Por ello, debes de
asegurarte que tu dentífrico contenga flúor.
Aproximadamente una de cada diez personas tiene tendencia a acumular
sarro rápidamente. El sarro es una placa endurecida más nociva y más
difícil de eliminar. Utilizar dentífricos y enjuagues bucales que
combaten el sarro, así como dedicar algunos minutos adicionales para
cepillarte los dientes cerca de las glándulas salivales (la parte
interior de los dientes delanteros de la mandíbula inferior y la parte
exterior de los dientes ubicados al fondo de la mandíbula superior),
puede que retrase el desarrollo del sarro.
Si tu dentadura es sensible al calor, al frío y a la presión, puede
que quieras comprar un dentífrico para dientes sensibles. Pero puede que
necesites hablar con tu dentista sobre tu sensibilidad dental porque
puede que indique un problema más serio -una caries o un nervio
inflamado (irritado).
Consejos para utilizar el hilo dental
Los dentistas dicen que el tiempo mínimo que debes
permanecer cepillándote los dientes son dos minutos, dos veces al día. A
continuación te damos algunas instrucciones sobre cómo cepillarte los
dientes de forma apropiada:
- Sujeta tu cepillo de dientes a un ángulo de 45 grados sobre tu encía. Suavemente cepilla desde donde se unen la encía y el diente hasta la superficie del diente que se utiliza para masticar con movimientos cortos (de aproximadamente la mitad de un diente). Cepillar los dientes con demasiada fuerza puede causar que las encías sufran cediendo espacio, sensibilidad en los dientes y con el tiempo, aflojamiento de la dentadura.
- Utiliza el mismo método para cepillar las superficies internas y externas de tu dentadura.
- Para limpiar las superficies de tus dientes que se utilizan para masticar, hazlo mediante movimientos cortos, asegurándote que cepillas entre las ranuras, espacios o separaciones entre cada diente.
- Para limpiar las superficies internas de la parte superior e inferior de los tientes frontales y encías, sujeta el cepillo de dientes de forma vertical. Aplicando movimientos hacia adelante y hacia atrás, utiliza la parte delantera del cepillo de dientes para cepillar los dientes y las encías.
- Utilizando un movimiento hacia adelante, cepilla ligeramente tu lengua y la parte superior del interior de tu boca para remover las bacterias que se alojan en esos lugares.
- Mientras te cepillas los dientes utiliza un cronómetro (o un reloj de cocina que indica en cuanto tiempo se cocinan los huevos) o escucha una canción favorita para que te acostumbres a cepillarse los dientes durante 2 o 3 minutos seguidos. Algunos cepillos de dientes eléctricos tienen cronómetros que te avisan cuándo han transcurrido dos minutos.
Datos sobre el uso del hilo dental
Cepillarse los dientes es importante, pero no remueve las partículas
de comida que pueden alojarse entre tus dientes, debajo de tus encías o
debajo de los frenillos. Necesitas cepillar estos espacios por lo menos
una vez al día.
El tipo de hilo dental que elijas dependerá del tamaño del espacio
que tengas entre los dientes. Los dentistas generalmente recomiendan el
hilo dental libre de cera porque es más delgado y por ello más fácil de
deslizar entre los dientes. Sin embargo, los estudios han demostrado que
no existe gran diferencia en la efectividad del hilo dental basado en
el tipo que se escoja.
Con cualquier hilo dental, deberías tener cuidado de evitar hacerte
daño en las encías. Debes seguir las siguientes instrucciones:
- Cuidadosamente introduce el hilo dental entre dos dientes, usando un movimiento hacia adelante y hacia atrás. Suavemente coloca el hilo dental en la base de las encías, pero no trates de hacerlo forzadamente introduciendo el hilo dental debajo de las encías. El hilo dental debe rodear el borde del diente, como la letra C, y de esta forma debes deslizarlo desde la parte superior a la parte inferior de cada diente.
- Repite este proceso entre todos los dientes y recuerda utilizar el hilo dental en la parte de atrás de los dientes (los que están ubicados al final de la boca).
Productos para blanquear los dientes
Algunos dentífricos afirman poder blanquear los dientes. No hay nada
de malo con utilizar dentífricos blanqueadores siempre y cuando estos
contengan flúor e ingredientes que luchen contra la placa y el sarro.
Pero estos dentífricos en sí mismos no contienen altas cantidades de
agentes blanqueadores y probablemente no puedas ver cambios aparentes en
el color de tus dientes.
Es fácil dejarse llevar por anuncios con mensajes que dicen blanquear
los dientes. Pero esos anuncios están enfocados generalmente a las
personas mayores. La verdad es que la mayoría de los adolescentes no
necesitan blanqueadores de dientes porque al ser tan jóvenes aún no
tienen sus dientes amarillentos, como ocurre con las personas mayores.
Si piensas que tus dientes no están lo suficientemente blancos, consulta
con tu dentista antes de probar un producto blanqueador a la venta sin
receta. Tu dentista quizás pueda ofrecerte un tratamiento profesional de
acuerdo a tus necesidades especificas que probablemente tenga más
efecto que un producto a la venta sin receta.
Ten cuidado cuando compres productos blanqueadores de dientes que se
venden al público sin receta. Algunos agentes blanqueadores pueden dañar
tus encías y tu boca. Siempre debes seguir las instrucciones de los
productos blanqueadores que utilices.
La conexión con la nutrición
Consumir azúcar, como probablemente ya sabes, es una de las causas
principales de las caries dentales. Pero no se trata de cuánto azúcar
consumas -cuándo y cómo lo consumes puede tener la misma importancia
para mantener tu dentadura sana.
Cuando comes comidas azucaradas o bebes refrescos frecuentemente
durante el día, el esmalte que protege tus dientes está constantemente
expuesto a elementos ácidos. Los caramelos duros, los que se toman para
aliviar la tos o para los dolores de garganta, o las mentas que
contienen azúcar son especialmente peligrosas porque se disuelven
lentamente en tu boca. Muchos expertos indican que cuando comas
alimentos que contengan azúcar, lo hagas en intervalos de tres horas.
Cuando comes alimentos con azúcar o con almidón como parte de una
comida completa, éstos son menos peligrosos para tu dentadura que cuando
los consumes solos, probablemente porque la producción de saliva, la
cual elimina el azúcar y las bacterias, se incrementa cuando comes una
comida completa. Comer alimentos azucarados antes de irte a dormir es lo
que puede hacerte el mayor daño (especialmente si no te cepillas los
dientes inmediatamente después) porque uno no produce la misma cantidad
de saliva cuando uno duerme.
Para la mayoría de las personas, es difícil eliminar los dulces
completamente, por ello, trata de seguir las siguientes recomendaciones
que son un poco más realistas:
- Come los carbohidratos (azúcares y almidones) como parte de una comida.
- Si no puedes cepillarte los dientes después de comer, enjuaga tu boca con agua o enjuague bucal, o mastica chicle sin azúcar.
- No comas alimentos azucarados entre comidas.
- Si meriendas o comes entre comidas, intenta elegir alimentos que no contengan azúcar como el queso, las palomitas de maíz, los vegetales crudos o el yogurt.
Visitando al dentista
La razón principal para ir al dentista con regularidad -cada seis meses?es la prevención.
La meta es prevenir la caries dental, las enfermedades de las encías y
otros trastornos que ponen tu salud dental y bucal en riesgo.
Tu primera consulta con un dentista probablemente consistirá en tres
partes: tu historia médica y dental (donde el dentista o encargado de la
higiene dental, el higienista dental, te hará preguntas sobre el
cuidado de tu dentadura y revisará tu record de cuidado dental), una
revisión dental y una limpieza profesional.
El dentista examinará tu dentadura, tus encías y otras partes
importantes de tu boca. Él o ella puede que examinen las articulaciones
de tus mandíbulas. Para ello, utilizarán un espejo y un instrumento de
metal que se utiliza para que sea más fácil revisar la corona (la parte
visible) de cada diente. Esto se hace para chequear el sarro y evidencia
de solturas en la dentadura o caries. El dentista puede que también
revise tu mordida y la forma como tu dentadura encaja entre sí (también
llamada oclusión).
Tu dentista examinará la condición general de tus encías, que
deberían ser firmes y rosadas, en lugar de frágiles, hinchadas o
inflamadas. El o ella (o un asistente) utilizará instrumentos para
chequear la profundidad de tu sulcus, la pequeña
depresión donde cada diente se une a la encía. Las hendiduras, llamadas
pockets en Inglés, son evidencia de enfermedades en las encías.
Después de examinar las partes visibles de tu dentadura y de tu boca,
tu dentista tomara imágenes con rayos X que podrán revelar caries
dentales, abscesos (colecciones de pus rodeados de tejidos inflamados), o
muelas de juicio.
La limpieza profesional generalmente la realiza un higienista dental,
un profesional dental específicamente entrenado y licenciado. La
limpieza consiste en remover depósitos endurecidos utilizando un
"scaler" (un instrumento para que ayuda a raspar los depósitos) o una
máquina ultrasonido que utiliza alta frecuencia para remover depósitos
de sarro. Las partículas se enjuagan posteriormente con agua.
Después de la limpieza, el higienista dental pulirá tu dentadura.
Este proceso limpia y suaviza las superficies de tu dentadura,
removiendo las manchas y dificultando que el sarro se adhiera a tu
dentadura. Finalmente, el higienista puede que aplique a tus dientes un
compuesto de flúor o un sellador que ayude a prevenir la caries dental.
Al final de tu visita, el dentista te dejará saber si necesitas
volver para tratar una caries. Tu dentista puede que también te refiera a
un ortodoncista, si él o ella piensan que necesitas frenillos o si
tienes otras necesidades.
Otros problemas dentales
Las caries dentales pueden atacar a los dientes a
cualquier edad. De hecho, el 84% de los jóvenes de 17 anos sufren de
esta condición. Cuando no se trata a tiempo, las caries pueden causar
dolor y pueden causar la pérdida de los dientes. Perder los dientes
puede afectar cómo te ves y cómo te sientes contigo mismo, así como tu
habilidad para masticar y hablar. Tratar las caries también puede ser
costoso, así que la prevención y los tratamientos tempranos y
preventivos son importantes.
Puede que te sorprenda saber que el 60% de los jóvenes de 15 anos padecen de gingivitis,
la primera etapa de la enfermedad de las encías. La gingivitis, la cual
comprende las encías excluyendo los ligamentos y el hueso ubicados
justamente debajo de éstas, es generalmente un resultado de la
acumulación de placa dental. Tal y como ocurre con la caries, el
tratamiento para la gingivitis puede ser costoso. Si remueves la placa
dental con regularidad y sigues buenos hábitos de higiene oral, tus
encías volverán a un estado saludable. Sin embargo las enfermedades de
las encías más serias pueden ocasionar la inflamación de las encías, su
enrojecimiento y sangrado, y algunas veces ocasionar dolor. El
tratamiento que los dentistas utilizan para las enfermedades de las
encías depende de la magnitud o alcance de la enfermedad.

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