
A Antonia se le quitó un peso de encima cuando descubrió la comodidad
de los lentes de contacto. Ya no tenía que llevar las gafas que la
hacían, según ella, lucir mayor, y además las dejaba por todas partes.
Al principio, se quitaba los lentes de contacto y los limpiaba
religiosamente, pero comenzó a olvidarse de esa regla básica y hasta
dormía con ellos. Los ojos se le comenzaron a irritar y Antonia comenzó a
notar sensibilidad a la luz, un lagrimeo molesto y visión borrosa. Por
suerte, acudió a tiempo a su oftalmólogo (el médico especializado en los
ojos) que pudo tratar las pequeñas lesiones que tenía en las córneas de
sus ojos y para que una incipiente opacidad corneal se hiciese
reversible.
La córnea, debo aclararte, es la estructura transparente en forma de
cúpula o domo, ubicada al frente del globo ocular. La luz pasa a la
retina a través de ella, por lo que debe permanecer siempre
transparente. Si por algún motivo hay tejido de cicatrización en la
córnea, ésta se ve blanca o como nublada, y la luz no puede pasar a
través de ella.
A cualquiera podría ocurrirle que la córnea pierda su nitidez, ya que
todos estamos expuestos a las causas más comunes de que suceda esto que
son:
- Una infección ocular.
- Una lesión en el ojo.
- Una inflamación o irritación del ojo.
Hay factores que aumentan el riesgo de sufrir opacidad corneal. Si tienes alguno de ellos, consulta al oftalmólogo sin demora
- Sarampión, si resulta en una infección o tejido de cicatrización en el ojo.
- Cuerpos extraños que lastimen el ojo.
- Lesión en el ojo, ya sea por un golpe en él o por una sustancia química.
- Virus del herpes simple, que puede afectar a los ojos.
- Conjuntivitis o infecciones de cualquier tipo.
- Lentes de contacto si los usas por un período prolongado de tiempo, sobre todo si duermes con ellos. En esos casos, como el de Antonia, se aumenta el riesgo de las infecciones oculares y la probabilidad de desarrollar opacidad corneal.
- Deficiencia de la vitamina A.
Presta atención a los síntomas
Los siguientes signos y síntomas pueden presentarse en varias
condiciones que afectan a los ojos, no son exclusivos de la opacidad
corneal. Pero si los notas, debes acudir al oftalmólogo sin demora:
- Disminución o pérdida de la visión.
- Dolor en el ojo.
- Sensación de un cuerpo extraño en el ojo.
- Lagrimeo o secreción del ojo.
- Irritación del ojo o sensibilidad a la luz.
- Área del ojo que aparece nublada, turbia o que no es transparente.
Cómo se trata
El médico te hará un examen ocular completo, utilizará unas gotas en
los ojos para dilatar las pupilas. Probablemente, mediante un
microscopio especial con un rayo de luz de alto poder, examinará la
córnea y las otras estructuras del ojo.
Cuando el problema es menor, el ojo se cura con rapidez. Pero si la
opacidad es más seria, toma más tiempo para sanarse. El tratamiento
depende de la posible causa del problema, así como de la severidad de la
lesión. Puede incluir poner parches en el ojo, el uso temporal de
lentes de contacto, distintos medicamentos y hasta cirugía en casos muy
severos. Los tratamientos más frecuentes incluyen:
- Gotas para los ojos, que contengan antibióticos, esteroides o ambas cosas.
- Medicamentos por vía oral (tomados).
- Cirugía para eliminar el tejido de cicatrización en algunos casos. Esta cirugía puede llevarse a cabo con rayos láser si la cicatriz está muy cerca de la superficie de la córnea.
- Trasplante de córnea en los casos más severos.
En todo caso, lo mejor es que tomes medidas para prevenir la opacidad
de la córnea. Procura evitar, por ejemplo, los golpes en los ojos,
usando gafas protectoras que los protejan cuando realices una actividad
que pueda dañarlos. Estas gafas deben quedar ajustadas en la cara para
evitar que un cuerpo extraño penetre bajo ellas y golpee el ojo. Otra
cosa que puedes hacer si usas lentes de contacto es seguir estrictamente
las indicaciones de tu optometrista u oftalmólogo en cuanto a su uso,
como debes cuidarlos y limpiarlos, y de esta forma ayudar a evitar que
se contaminen con bacterias que causen infecciones.
Pero, sobre todo, consulta inmediatamente a tu oftalmólogo si
sospechas que padeces de una infección en los ojos, si te lastimas un
ojo o si experimentas dolor en los ojos o algún cambio en la visión. Si
el médico estima que padeces de opacidad corneal, un tratamiento
temprano más sencillo puede evitar la necesidad de tratamientos más
complicados o invasivos, como una cirugía o el trasplante de córnea.
Obviamente lo mejor es prevenir. Pero, si tienes síntomas, no te esperes
con la ilusión de que los síntomas desaparezcan por sí solos ya que se
pueden complicar. Si se presentan, ve al oftalmólogo lo antes posible
para encontrar la mejor solución oportunamente.

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