Consejos para cuidar la vesícula


SANTO DOMINGO. Este pequeño saco situado bajo el hígado se encarga de emulsionar las grasas y conservar limpio nuestro intestino. Mantener la vesícula en óptimas condiciones y sin cálculos es la mejor garantía de una buena digestión.
La vesícula biliar es una especie de depósito en forma de pera de unos 7 centímetros de largo por 3 de ancho, que tenemos situado debajo del hígado, donde se almacena la bilis que producen las células hepáticas.
Sus funciones son principalmente digestivas: la vesícula, a través de sus conductos biliares externos, vierte la bilis en el duodeno junto con los jugos producidos por el páncreas, facilitando así la digestión, ya que ambas sustancias son indispensables para digerir bien los alimentos.
Cuando los alimentos que comemos pasan del estómago al duodeno, que está en la primera parte del intestino, la vesícula se contrae y vacía la bilis, imprescindible para el proceso digestivo, especialmente de las grasas ingeridas. Si la cantidad de bilis es insuficiente o se vierte con retraso en el duodeno, la digestión se hace mas lenta y difícil, sentimos pesadez en el estómago, hinchazón e incluso, náuseas.
Funciones de la bilis:
La bilis es un líquido alcalino de color amarillo-verdoso producido por las células hepáticas. Entre sus componentes destacan, además de agua, diferentes electrolitos y pigmentos, fosfolípidos, ácidos biliares y colesterol. Muchos restos de medicamentos que han sido degradados por el hígado aparecen en la composición de la bilis. Los adultos segregan entre medio litro y un litro de bilis al día.
Entre las funciones de la bilis destacan:
• Sus ácidos biliares emulsionan las grasas, ayudando a su absorción.
• Gracias a su alcalinidad, la bilis neutraliza el exceso de acidez procedente del estómago, y estimula la actividad del jugo pancreático.
• Mantiene limpio el intestino, evitando la putrefacción y fermentación de las heces.
Cuando la vesícula comienza a fallar...
• Digerimos mal los alimentos como huevos, leche, helados, café, alcohol, carnes rojas, pescados grasos o fritos en general.
• Nuestra digestión se hace más dificultosa cuando hace frío, sufrimos estrés o estamos con la menstruación.
• Tenemos digestiones lentas con eructos frecuentes.
• Sufrimos hinchazón al terminar de comer, reflujo, alternancias entre diarrea y estreñimiento y a veces, náuseas.
Cómo cuidar la vesícula:
Para mantenerla sana toda la vida, y evitar la formación de cálculos biliares, éstas son las mejores estrategias:
• Mantener el peso ideal.
• Evitar el exceso de alimentos grasos, las dietas excesivamente bajas en calorías, los ayunos prolongados y las dietas muy ricas en proteínas.
• No eliminar totalmente las grasas de la dieta, ya que esto provocaría un estancamiento de la bilis en la vesícula, y la volvería "perezosa", favoreciendo la formación de cálculos.
• Hacer ejercicio moderado y regular.
• Seguir una dieta rica en verduras, frutas frescas y cereales integrales.
• Evitar o tomar con moderación chocolate, mantequilla, huevos, comidas enlatadas, embutidos, carne de cerdo, quesos muy curados y todo tipo de fritos.
• Preferir los lácteos desnatados: leche, yogurt, queso, etc.
Cálculos o piedras en la vesícula
La formación de cálculos o piedras en la vesícula es una de las enfermedades más comunes. La causa de la formación de los cálculos está en una alteración del metabolismo de las células hepáticas.
Cuando la composición de la bilis está alterada, y contiene un exceso de sustancias no solubles (como puede ser el colesterol); estas sustancias van acumulándose y formando cristales sólidos que pueden convertirse en futuros cálculos.
Aunque en un principio las piedras en la vesícula no dan síntoma alguno, cuando aparece la crisis o cólico biliar, éste se caracteriza por un dolor abdominal muy agudo con una intensidad muy fuerte al principio, que va disminuyendo, y luego repite en episodios de duración variable.
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