Buena
para el corazón y la salud en general, la dieta mediterránea es un
modelo de alimentación sana, con recetas fáciles de preparar y una
variedad de texturas y sabores que son las delicia de toda la familia.
¡Adóptala para mejorar tu salud!

1. Es buena para el corazón. Quienes habitan en la cuenca
mediterránea utilizan casi siempre alimentos frescos. Procura descarta
de tu dieta, dentro de lo que puedas, los alimentos congelados y la
comida chatarra. Según la Mayo Clinic Women’ HealthSource, casi todos los alimentos que forman parte de la dieta mediterránea son buenos para el corazón.
El aceite de oliva y las nueces bajan el colesterol; las frutas, los
vegetales y los granos integrales ayudan a conservar las arterias
limpias; el pescado ayuda a bajar los triglicéridos y la presión
arterial; los ácidos grasos omega 3 (presentes en los frutos secos, como las nueces, almendras y avellanas y en el pescado) disminuyen los triglicéridos y la presión arterial y ayudan a la salud del corazón.
2. No tienes que contar calorías constantemente. Lo esencial
es cambiar los alimentos “malos” por los “buenos”. Por ejemplo, poca
carne roja y muchos pescados y mariscos; frutas en lugar de postres
elaborados repletos de azúcar; grasas no saturadas, especialmente aceite
de oliva, en vez de mantequilla. El aceite de oliva, por cierto,
también beneficia a las personas con diabetes tipo 2, de acuerdo con un
estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition.
3. Puedes comer pan y pasta. Pero que sean integrales,
por supuesto. Contienen más proteína y minerales, y son más sanos que la
pasta y los panes refinados (estos últimos suben repentina y
temporalmente el azúcar en la sangre, seguido de un descenso rápido que
no es saludable) y pueden reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
4. Se permite la grasa saludable,
pero sin exagerar. La que se encuentra en las nueces de todo tipo, las
aceitunas y el aceite de oliva, que añaden sabor a los alimentos y
ayudan a combatir enfermedades como la diabetes y el cáncer. Por otro
lado, que evitar: las grasas saturadas y trans que se encuentran escondidas en muchos alimentos procesados.
5. Y el vino en moderación. En los países de la región, se
suele beber vino con las comidas. Sobre todo vino tinto. El vino te
relaja y puede ayudar a combatir las enfermedades cardiovasculares,
siempre que se limite a una copa al día para las mujeres y dos para los
hombres.
6. Hay muchas opciones. La dieta mediterránea no sólo incluye
la cocina griega o italiana, sino también la de Francia, España,
Turquía, Marruecos y otros países de la región. Pero selecciona los
alimentos sanos. Evita la carne roja, la leche entera y los productos
lácteos a base de leche entera. Puedes comer las frutas y vegetales
frescos, el aceite de oliva, los pescados frescos y los granos
integrales. En Vida y Salud encontrarás muchas opciones, como una deliciosa ensalada griega a base de pollo, o unos apetitosos ravioles a la Florentina.
7. Tiene especias variadas y deliciosas. Las hierbas y
especias mediterráneas, como hojas de laurel, cilantro, romero, ajo,
pimienta, canela, etc. les dan tanto sabor a las comidas, que no necesitas agregarles sal. Y algunas tienen propiedades antioxidantes, que ayudan a combatir varias enfermedades.
8. No pasas hambre. Como los alimentos son ricos en fibra, se
digieren lentamente y mantienen más tiempo la sensación de saciedad (te
sientes lleno). Y un beneficio adicional: la dieta mediterránea facilita que puedas mantener el peso tras una dieta para rebajar. Así lo reveló un estudio del Centro de Investigaciones Nucleares Negev, en Israel, publicado en la revista New England Journal of Medicine.
9. Tu mente puede conservarse en mejores condiciones. Lo que
protege tu corazón, protege a tu mente también. Unas investigaciones
realizadas en la Universidad de Exeter sugieren que la dieta
mediterránea podría proteger al cerebro del envejecimiento y reducir el
riesgo de las enfermedades relacionadas con la edad, como la demencia
precoz.
Si quieres darle un regalo de salud a tu familia y hasta prolongar su vida, adopta lo más pronto posible la dieta mediterránea en tu casa. Desde tu cocina podrías estar combatiendo condiciones como la diabetes tipo 2 y la obesidad.
Pero recuerda que más que una simple dieta, es más bien un estilo de
vida. Si quieres obtener todos sus grandes beneficios, debes combinarla
no sólo con actividad física, sino también con una actitud serena y
relajada, que alivie la tensión y el estrés de la vida moderna.

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