Crear el haz de luz más potente jamás producido
es el objetivo de un experimento paneuropeo que se espera sirva para
luchar más eficazmente contra el cáncer, eliminar residuos radiactivos e
incluso abrir nuevas puertas a la física de materiales.
Este
láser, que se espera sea el más potente del mundo cuando entre en
funcionamiento en 2015, se instalará en el Instituto de Física Nuclear
de Magurele, a 15 kilómetros al suroeste de Bucarest, un centro puntero
en su día dentro de lo que fue el bloque comunista, y que espera
recuperar su importancia con este proyecto.
La instalación se
llamará ELI-Nuclear Physics Facility (ELI-NP) y formará parte de un
proyecto más ambicioso, el ELI (Extreme Light Infrastructure), en el que
participan 40 instituciones de 13 países europeos, entre ellos España, y
que tendrá otras tres ubicaciones.
ELI tiene como objetivo conseguir intensidades láser lo más elevadas posible y pulsos muy cortos.
En
Rumanía, dos láseres de 10 petavatios y un potente emisor de rayos
gamma se combinarán para experimentar tanto en el campo de la física
fundamental como en aplicaciones médicas y sociales.
La tecnología
puntera se beneficiará en un futuro del láser (ELI-NP) para aplicar
protonterapia, un tratamiento que permite atacar los tumores de forma
más agresiva y potente, al tiempo que se reduce el daño a las zonas
sanas adyacentes.
Una terapia que aún resulta cara y requiere de un gran despliegue tecnológico, pero que podría ser muy eficaz en el futuro.
“Si
se consigue dar este tratamiento con este nuevo tipo de láser, se
podría aplicar a un costo menor, a medida que la tecnología avanza y los
láseres se vuelven más baratos”, explica a Efe Nicolae Zamfir,
responsable de la rama rumana de ELI.
Además, esta tecnología
mejorará la eficacia de la radioterapia, al obtener nuevos
radioisótopos, y de la quimioterapia, gracias a la producción de un
isótopo de platino radiactivo.
“Cerca de una cuarta parte de los
pacientes tratados por quimioterapia reciben un tratamiento inútil, ya
que la sustancia utilizada no va directamente al tumor”, asegura el
científico.
“Producir un isótopo de platino radiactivo y hacer que
se dirija al órgano enfermo nos ayudaría a saber si se debe seguir con
la medicación”, prosigue Zamfir.
Otras de las aplicaciones del nuevo láser será en la física de materiales y en la nanotecnología.
Este láser también tendrá aplicaciones en el control del tráfico de materiales radiactivos.
“Su
uso puede facilitar el trabajo a los funcionarios de aduanas que deben
escanear rápidamente para revisar los remolques de transporte”, precisa.
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NUEVAS APLICACIONES EN FÍSICA
Más allá de estas aplicaciones prácticas, el láser de ELI-NP abrirá la puerta a fascinantes experimentos en el campo de la física fundamental, asegura el científico. El laboratorio rumano estudiará la interacción del láser y las radiaciones electromagnéticas con la materia, para abrir la puerta a experimentos con un láser aún más potente.
NUEVAS APLICACIONES EN FÍSICA
Más allá de estas aplicaciones prácticas, el láser de ELI-NP abrirá la puerta a fascinantes experimentos en el campo de la física fundamental, asegura el científico. El laboratorio rumano estudiará la interacción del láser y las radiaciones electromagnéticas con la materia, para abrir la puerta a experimentos con un láser aún más potente.
“Se
pretende concentrar una enorme potencia de energía en un punto para
producir materia”, cuenta Zamfir sobre los planes de construir un láser
20 veces más potente que permita crear electrones y positrones al
fracturar el “vacío”. “La combinación con los rayos gamma producirá
nuevos efectos que hasta ahora solo existen en los apuntes de los
científicos, como teoría, pero que no se han llevado a la práctica”,
prosigue. Zamfir asegura que los investigadores “están emocionados con
la idea de generar materia a partir del vacío”.
“Hay
modelos que muestran que a una intensidad extrema de potencia del láser
se produce materia en el vacío”, indica. El coste inicial de este
proyecto ronda los 350 millones de euros, de los que la Unión Europea
(UE) financiará un 80%. Junto al laboratorio rumano funcionarán en el
marco del proyecto ELI una instalación en República Checa, dedicada a
alta energía, y otra en Hungría, centrada en pulsos. de attosegundo.
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