Lamentablemente se ha convertido en la enfermedad crónica de moda. NO
tiene cura pero puede controlarse, si se ponen los medios y la voluntad
para ello. Hablamos de la diabetes, cuyo crecimiento en el país ha
pasado del 5% al año a un alarmante 15%. Solo en Piura hay ya casi 4 mil
pacientes diabéticos registrados sin contar con los no asegurados. Por
ello, es importante conocer más sobre este mal, cómo surge, prevención,
fases síntomas y demás.
La diabetes surge cuando el cuerpo no procesa adecuadamente ciertos
alimentos, especialmente carbohidratos. Normalmente el cuerpo humano
convierte los carbohidratos en glucosa (azúcar) que es la mayor fuente
de energía para las células del cuerpo humano. Pero para que esta entre
en las células, necesita la ayuda de la insulina, producida por el
páncreas. Si una persona no produce lo suficiente de esta hormona o el
cuerpo no puede usarla, el organismo no podrá procesar la glucosa, sus
niveles en la sangre u orina aumentarán originando la diabetes.
El deterioro que caracteriza la enfermedad renal de los diabéticos
tiene lugar alrededor del glomérulo (unidad funcional del riñón). Al
comienzo, la eficiencia de filtración disminuye y se pierden, a través
de la orina, proteínas importantes de la sangre. Los nefrólogos detectan
la presencia temprana de la enfermedad del riñón midiendo las proteínas
en la orina. Cuando avanza la enfermedad, los riñones pierden la
capacidad de eliminar las sustancias tóxicas de la sangre, la que
confirmamos a través de los análisis de creatinina y urea.
El deterioro silencioso del riñón
Los síntomas relacionados con la insuficiencia renal suelen ocurrir en las etapas muy avanzadas de la enfermedad, cuando la función renal esta menos el 25% de su capacidad normal, es un proceso muy silencioso.
Los síntomas relacionados con la insuficiencia renal suelen ocurrir en las etapas muy avanzadas de la enfermedad, cuando la función renal esta menos el 25% de su capacidad normal, es un proceso muy silencioso.
Podemos hablar de 5 etapas bien definidas:
1ra. El flujo de sangre a través de los riñones
aumenta (hiperfiltración). El riñón se hace más grande de lo normal.
Algunas personas se mantienen indefinidamente en esta etapa y otras
avanzan a la segunda, después de algunos años.
2da. La filtración se mantiene elevada y
el glomérulo empieza a demostrar daño. Pequeñas partículas de una
proteína en sangre (albúmina), se filtran en la orina y aparece la
microalbuminuria que, en su etapa más temprana, puede ir y venir y luego
se hará más constante.
3era. La pérdida de albúmina y otras
proteínas en la orina excede los 200 microgramos por minuto. Algunos
pacientes desarrollan presión arterial elevada. Incrementa el daño del
riñón y, progresivamente, pierde la posibilidad de filtrar residuos de
eliminación, con el consecuente incremento de los niveles de creatinina y
de urea en la sangre.
4ta. Se da el ‘avance clínico de la
nefropatía’. Las función renal disminuye, por tanto, las proteínas
grandes pasan hacia la orina, la presión arterial se mantiene elevada y
los niveles de creatinina y urea en la sangre son mas elevados.
5ta. Etapa final de la insuficiencia renal
ocasionada por la diabetes. La función renal cae a menos de 15 ml por
minuto. Los síntomas se producen de manera evidente; hay que someterse a
diálisis y pensar en un trasplante de riñón.
Para personas con diabetes, el tiempo promedio requerido para
progresar desde el arranque de la enfermedad renal hasta la cuarta etapa
es de 17 a 25 años. En los casos de personas con presión arterial
elevada sin tratamiento, este progreso puede ser más rápido: entre 5 y 10 años,.
Si la proteinuria no se desarrolla en el curso de 25 años, el riesgo
de desarrollar una enfermedad avanzada del riñón comienza a decrecer.
Presión arterial y diabetes
La presión arterial elevada, o hipertensión, es uno de los mayores factores en el desarrollo de los problemas del riñón en personas con diabetes. Usualmente es definida como una presión sanguínea excedida de 140 milímetros de Hg, para la sistólica, y 90 para la diastólica. La hipertensión puede ser vista no solo como una causa de enfermedad renal, sino también como el resultado de un daño creado por la enfermedad. Como proceso de la enfermedad, los cambios físicos en el riñón llevan a un incremento de la presión sanguínea. La detección temprana y el tratamiento de cualquier cuadro débil de hipertensión arterial son esenciales para las personas con diabetes.
La presión arterial elevada, o hipertensión, es uno de los mayores factores en el desarrollo de los problemas del riñón en personas con diabetes. Usualmente es definida como una presión sanguínea excedida de 140 milímetros de Hg, para la sistólica, y 90 para la diastólica. La hipertensión puede ser vista no solo como una causa de enfermedad renal, sino también como el resultado de un daño creado por la enfermedad. Como proceso de la enfermedad, los cambios físicos en el riñón llevan a un incremento de la presión sanguínea. La detección temprana y el tratamiento de cualquier cuadro débil de hipertensión arterial son esenciales para las personas con diabetes.
Prevención de la enfermedad renal
Los científicos han hecho grandes progresos para disminuir el arranque y la progresión de la enfermedad renal en personas con diabetes. Medicamentos utilizados para bajar la presión arterial pueden disminuir la progresión de la enfermedad renal de manera significativa. Un inhibidor de la enzima convertidora de angiostensina (ACE) tiene un efecto preventivo para evitar la progresión hacia la cuarta y quinta etapa; por ejemplo, el Captopril, aprobado para el tratamiento en las enfermedades renales. Sus beneficios regulan la presión arterial y protegen directamente el glomérulo del riñón. Los inhibidores ACE bajan la proteinuria y retardan el deterioro renal en pacientes diabéticos que no tienen presión arterial elevada.
Los científicos han hecho grandes progresos para disminuir el arranque y la progresión de la enfermedad renal en personas con diabetes. Medicamentos utilizados para bajar la presión arterial pueden disminuir la progresión de la enfermedad renal de manera significativa. Un inhibidor de la enzima convertidora de angiostensina (ACE) tiene un efecto preventivo para evitar la progresión hacia la cuarta y quinta etapa; por ejemplo, el Captopril, aprobado para el tratamiento en las enfermedades renales. Sus beneficios regulan la presión arterial y protegen directamente el glomérulo del riñón. Los inhibidores ACE bajan la proteinuria y retardan el deterioro renal en pacientes diabéticos que no tienen presión arterial elevada.
El cuidado hace la diferencia
- Pregunte a su médico acerca de los cuidados en la dieta.
- Siga sus recomendaciones respecto a medicinas, dieta, ejercicios y monitorización de azúcar en su sangre.
- Controle su presión sanguínea y, si es elevada, siga un plan para mantenerla lo más cerca de los niveles normales.
- Visite al nefrólogo por lo menos una vez al año; recuerde que en Piura existe gran incidencia y prevalencia de diabetes y actualmente existen más de 600 pacientes en diálisis.
- Dietas bajas de proteínas, sal y el ejercicio regular pueden reducir el avance de la enfermedad renal. Cuando existe una enfermedad al riñón, el régimen apunta a mantener los niveles de azúcar y presión en lo normal.
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